En Colombia han entrado a competir empresas de bebidas que no necesariamente hacen parte de los líderes del mercado como Postobón o Coca Cola, que tienen el 86% del mercado.
Una de ellas es Sommet Sparkling Water, emprendimiento de Ricardo Arbouin, quien vende aguas carbonatadas de diferentes sabores. Para Arbouin el crecimiento de su marca es de 368%, se muestra optimista en sus cifras, pues asegura que la preferencia por estas bebidas no parará ni en Colombia, ni en el mundo.“La producción de bebidas diferentes a las gaseosas tradicionales puede ser un 25% más costoso porque los insumos deben ser naturales y esto es más caro. La clave será que se puedan ofrecer precios competitivos, por ahora sigue siendo más barata una gaseosa tradicional que un agua saborizada o una bebida sin azúcar”, recalca Rodríguez.“Quería crear un producto alineado a los hábitos de consumo actuales del mercado, consumidores que buscan productos libres de ingredientes que hacen daño a la salud, como el azúcar o el sodio”.
La preferencia de las nuevas generaciones por las bebidas con bajo contenido de azúcar impulsa un cambio en la industria colombiana de bebidas. En 2022, el sector logró un crecimiento del 25%; pero las principales categorías de esta industria han tenido un cambio significativo.
Las gaseosas o refrescos representan ya menos del 30% del portafolio de las empresas de bebidas en Colombia, en contraparte, bebidas carbonatadas y hard seltzer están en franco crecimiento. Ofrecen diversasa opciones, más en en caso de Sommet Sparkling Water, se precentan 3 opciones de sabor, pepino y hierbabuena; mandarina y hierbabuena; y sandía. Aunque comenzaron en Bogotá, sus productos ya se consiguen en las principales ciudades del país e incluso han comenzado a exportar a Chile, Ecuador, Perú, México, Costa Rica y España. Para que la industria de bebidas en Colombia siga creciendo, a pesar de las regulaciones contra el azúcar y el sodio, la clave está en la innovación y en saber cambiar a las preferencias de las nuevas generaciones.
