En el mercado, existen diversos tipos de bebidas energéticas. El impacto de la cafeína, más allá del café y el té, es un mensaje ya obligatorio ponerlo en las bebidas que tengan estas características, aunque no se suele llevar a la práctica.
La OCU hace un llamamiento a los establecimientos para que pongan en los envases un etiquetado de advertencias como se hizo con los paquetes de tabaco.
Según el informe Estudes sobre el consumo de alcohol y drogas entre los adolescentes, un 45% de los menores entre 14 y 18 consumieron estas bebidas en el último mes.
Una cifra que está empezando a ser realmente preocupante tanto para el colectivo médico, como para la OCU, como para el Ministerio de Sanidad y Consumo quien ha avalado la reciente propuesta de la Xunta de Galicia de prohibir la venta de este tipo de bebidas en el mercado donde se puede encontrar hasta doce tipo de bebidas energéticas diferentes.
En este sentido, hay otras comunidades que también están barajando prohibir su distribución para eliminar su consumo en el próximo año.
Las bebidas energéticas tienen un fuerte impacto en los jóvenes ya que sus ingredientes tienen efectos muy nocivos para la salud. El colectivo adolescente también da su versión y dicen que la consumen "para aguantar el rendimiento" o para "estudiar".
El problema es que es un consumo muy habitual, de varias veces al día y por muchos de ellos. Probablemente, no sean conscientes del fuerte impacto que tiene en el momento, ni de los efectos que produce, como tampoco del daño que hace a los órganos a largo plazo.
Su impacto en la salud de los adolescentes son importantes, las bebidas energéticas tienen mucha cafeína, lo que viene ser igual que tomar entre una y cuatro tazas de café.
A veces, incluyen otros elementos como la guaraná, la taurina o el ginseng. Son ingredientes que, por sí solos, son muy potentes, así que combinados y consumidos repetidas veces a lo largo del día, es una "bomba" para el menor quien, probablemente, desconozca que produce los siguiente efectos:
Insomnio, este tipo de bebidas con elevada cafeína en adolescentes de entre 11 a 17 años provoca alteraciones en el sueño, por lo que duermen menos tiempo y el sueño es de peor calidad.
Tiene efectos cardiovasculares entre los que se presentan cuadros de taquicardia, un aumento de la tensión arterial y arritmias.
Efectos neurológicos como cefaleas, nerviosismo, irritabilidad.
Efectos psicológicos como ataques ansiedad, de pánico, alucinaciones y conductas de riesgo.
Problemas digestivos como vómitos y diarrea.
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) hace un llamamiento a los establecimientos, ha hecho un estudio de cada una de las marcas de bebidas energéticas más consumidas y donde muestran un desglose de cada uno de los ingredientes que contienen estos productos, así como también el porcentaje de la cantidad que lleva cada uno.
De esta forma, los usuarios tienen acceso a la información de lo que consumen y saben por lo que están pagando. Por otra parte, hacen un llamamiento a los establecimientos para que dejen claro los efectos que producen este tipo de bebidas, poniendo un etiquetado similar al que tienen los paquetes de tabaco, advirtiendo de:
Que es un producto con contenido elevado en cafeína. Este mensaje ya es obligatorio ponerlo en las bebidas que tengan estas características, aunque no se suele llevar a la práctica.
Que no deben consumirlo niños, mujeres embarazadas o en la lactancia o personas sensibles.
Que no se debe consumir combinado con alcohol.
El 16% de los adolescentes lo hace y es realmente preocupante ya que la mezcla de bebidas energéticas con alcohol incita a beber más alcohol porque se reduce la sensación de sueño.
La OCU lo llama "la borrachera despierta".
