La historia de una bebida de tradición que combina curiosamente la tabla periódica, James Bond y la segunda guerra mundial.
Es un destilado producido a partir de la fermentación de granos o plantas como el trigo, la papa o el centeno, que luego se mezcla con agua destilada. El término “vodka” tiene origen eslavo y es el diminutivo de la palabra “voda”, que significa agua, es decir, “agüita”. Es común asociar la historia y origen de esta bebida a Rusia y su población. Más común es, en este contexto, que se estereotipe la cultura rusa en torno a esta bebida y sus connotaciones. Sin embargo, el origen al día de hoy sigue siendo disputado con Polonia. La primera vez que se mencionó esta palabra fue en 1.405 en polaco, en principio era una especie de medicamento. Su procedencia sigue siendo un misterio, la versión más difundida es que fue creado por monjes, que no podían producir vino por la condición climática y dieron con esta receta.
El vodka y la tabla periódica, hacia mediados del XIX, la industria todavía no se ponía de acuerdo en relación a la graduación alcohólica ideal que debía presentar. Los diferentes métodos de destilación y técnicas hacían que la graduación fuese de entre el 10% vol a 50% vol. Hasta fines del siglo cuando el químico ruso Dimitri Mendeleiev determinó que la graduación ideal era de 40% vol. Sí, el mismo químico que en 1869 creó la tabla periódica.
Durante la revolución rusa en 1917, el vodka era una de las bebidas de mayor aceptación en las tropas. Parece que las ideas marxistas no fueron las únicas que exportó el país para la época. Sobre el final de la Segunda Guerra Mundial, en la que la Unión Soviética integró el bando aliado junto a Estados Unidos, el interés norteamericano por esta bebida ya consolidada fue el promotor de su crecimiento a escala mundial.
Compañías estadounidenses comenzaron a adquirir las licencias para producir la bebida en su país y el cine hizo lo suyo en la “batalla cultural”, dominada hasta el momento por el whisky y gin.
De hecho, una de las escenas más icónicas del cine norteamericano, convocó a la bebida por intermedio del personaje James Bond, culpable de que el famoso Martini seco comience a producirse con vodka. A partir de ahí todo es historia conocida. El vodka comenzó una etapa de masificación y, sin abandonar la tradición, también fueron surgiendo otro tipo de preparaciones, como los saborizados hoy tan de moda.
